Como ya os dije, durante esta semana os presentaré tres
recetas de tartas con bases distintas a las que normalmente estamos
acostumbrados a utilizar. Todas ellas cien por cien caseras y claro está, más
saludables.
Como ya sabéis, la primera receta consistió en un pastelde espinacas en donde construíamos la base con patata. Pues bien, la receta de
hoy, la número dos, se trata de una receta dulce dónde prepararemos una tarta
tipo Cheescake.
Normalmente estas tartas se suelen hacer con una base de
galletas trituradas. Nosotros, con el fin de hacerla más saludable, la
prepararemos a base de almendras, dátiles, avena y leche vegetal.
El ingrediente clave en esta base son los dátiles, los
cuales conseguirán unir los demás ingredientes secos y nos proporcionarán
dulzor. Manteniendo este ingrediente podéis reemplazar las almendras por otros
frutos secos, utilizar la leche vegetal que más os guste o incluso prescindir de
la avena, ya que yo la he utilizado básicamente para reducir las colorías que
nos aportan los frutos secos. Así que si para vosotros esto no es ningún
problema, podéis hacerla toda a base de frutos secos.
Por último comentaros que esta tarta permite muchísimas
combinaciones simplemente cambiando la fruta que añadimos al relleno y el zumo
de la cobertura, así que no dudéis en experimentar y prepararla con vuestra
fruta favorita.
CHEESCAKE DE MANDARINA
Ingredientes:
Para la base:
200 gr. Almendras crudas
100 gr. Dátiles
80 gr. Copos de avena triturada
2 cdas. Leche de avena
Para el relleno:
500 gr. Queso fresco 0% M.G.
200 ml. Leche de avena
3 cdas. Sirope de agave
15 gajos de mandarina
7 láminas de gelatina neutra
Para la cobertura:
120 ml. Zumo de mandarina
1 y ½ láminas de gelatina neutra
Preparación:
En primer lugar prepararemos la base. Para ello
mezclaremos en un bol las almendras crudas, los dátiles, a los cuales
previamente le habremos quitado el hueso y picado y la avena. Mezclaremos e iremos
incorporando la mezcla de forma progresiva en la batidora hasta que obtengamos
una masa densa.
Cubriremos con papel vegetal la base de un molde redondo desmontable
de unos de 20 cm de diámetro y dispondremos por encima la masa anterior. Presionaremos
con los dedos para que quede repartida de forma uniforme vigilando que tenga el
mismo grosor por toda la superficie.
Mientras preparamos el relleno dejaremos el molde en el
congelador para que la base se vaya endureciendo.
A continuación prepararemos el relleno mezclando en la
batidora el queso fresco, el sirope de agave y la leche de avena. Una vez estén
todos los ingredientes bien unidos, verteremos la mezcla en un bol e
incorporaremos los gajos de mandarina picados. Tendremos cuidados de haber
quitado todos los hilos blancos de los gajos y los piñones en el caso de que
los tuvieran.
Para dar firmeza a nuestro relleno utilizaremos gelatina
neutra. Como indica en el envase, colocaremos las láminas en agua fría para que
se ablanden durante 5-7 minutos. Escurriremos un poco para quitar el exceso de
agua y las pondremos en un cazo a calentar removiendo constantemente hasta que
la gelatina adquiera una consistencia líquida.
Añadiremos lentamente la gelatina al líquido del relleno,
removeremos bien y verteremos el conjunto sobre la base ya endurecida.
Dejaremos enfriar en la nevera como mínimo durante 3
horas.
Después de éste tiempo ya sólo nos faltará preparar la
cobertura. Para ello seguiremos el mismo procedimiento con la gelatina, ablandaremos
las láminas en agua fría durante 5 minutos y posteriormente las disolveremos en
agua caliente. Verteremos la gelatina diluida en el zumo de mandarina y tras
remover incorporaremos la mezcla sobre la tarta.
Dejaremos nuevamente enfriar en la nevera durante un par
de horas más.
La tarta está mucho más rica de un día para otro así que
os aconsejo que después de realizar la base, el relleno y la cobertura dejéis
reposar la tarta antes de comerla durante toda la noche en la nevera.
¡A disfrutar!
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