Lo reconozco, yo soy de antojos. Eso se
es o no se es, y sólo quien lo es lo sabe bien. Pues bien, hoy tenía antojo de
tortilla. Así que me puse a pensar cómo podía hacerla lo más light y saludable posible.
A continuación os explico las conclusiones a las cuales llegué.
En primer lugar pensé que podría hacerla también
con alguna verdura, así que eché mano de un bloque de espinacas que tenía por
el congelador. Como ya sabéis, lo que hace más calórica la tortilla es en la
abundante cantidad de aceite en que se fríen las patatas. Así que cambié esto
por hacerlas en el microondas con muy poquito aceite. Por último, ésta semana
ya habíamos comido huevos y no me apetecía repetir, así que decidí sustituirlos
por la combinación ya utilizada en dietas
veganas de harina de garbanzo y agua.
Mi consejo es que si os gustan las
tortillas muy hechas, la combinación no-huevo puede ser una buena opción. Si no
es así, y os gustan más jugosas posiblemente notaréis más diferencia con la
tortilla tradicional, aunque os animo a probarla.
TORTILLA DE PATATAS CON ESPINACAS
Ingredientes:
1
patata grande
1
cebolla mediana
250 gr. espinacas
Para el no-huevo:
4 cdas. harina de garbanzo
½ vaso agua
1 cdita. levadura
1 cdita. cúrcuma
2 cdas. vinagre
Aceite, pimienta y sal.
Preparación:
En primer lugar, cortaremos las patatas en
láminas finas y las pondremos en un recipiente apto para microonda junto con un
poco de aceite y sal. Mezclaremos bien para que queden bien impregnadas y las
cocinaremos en el microondas entre 7 y 8 minutos, parando a la mitad del
proceso para remover.
Mientras tanto, pondremos a sofreír la
cebolla en una sartén con dos cucharadas de aceite. Cuando la cebolla ya esté
casi transparente incorporaremos las patatas ya cocidas para darles así un
toque más crujiente.
En cuanto a las espinacas, yo las tenía
congeladas, así que las cociné previamente en el microondas antes de
incorporarlas a la sartén con las patatas. En mi caso fueron 7 minutos a
potencia alta parando a mitad para remover.
Una vez tenemos las espinacas listas las
incorporaremos a la sartén con los demás ingredientes e iremos removiendo para
que se mezclen bien y no se nos peguen.
Ahora llega el momento de preparar el
no-huevo. No os asustéis, es muy sencillo.
En primer lugar pondremos en un
recipiente 4 cucharadas de harina de garbanzos. Seguidamente iremos vertiendo
agua poco a poco, removiendo enérgicamente para que no quede ningún grumo, hasta
que obtengamos una textura parecida al huevo. Por último, añadiremos a la
mezcla dos cucharadas de vinagre, en mi caso de arroz, para quitar el gusto a
garbanzos y una pizca de sal y cúrcuma. Opcionalmente también podemos añadir
una cucharadita de levadura para que nos quede la tortilla más esponjosa.
Una vez tenemos la mezcla del no-huevo,
incorporaremos a este recipiente la mezcla de patatas y espinacas que habíamos
cocinado previamente y removeremos.
Ya para acabar, preparamos una sartén antiadherente
con un poco de aceite y verteremos la mezcla, dejándola que se cocine a fuego
lento de 7-8 minutos por cada lado.
Et Voila! Bon
appetit!
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